Escuela Montessori: lo mejor para los niños

Escuela Montessori: lo mejor para los niños

Colegios hay muchos, cientos de lugares en los que los jóvenes pueden aprender, cientos de lugares en los que los chavales pasan un largo periodo de tiempo, varios años en los que tienen que aprender a ser personas, en estos centros, no siempre se tienen en cuenta las necesidades de cada alumno, no en todos los centros se conoce a las personas  simplemente se les enseña a memorizar, a realizar y a obedecer las órdenes de los adultos. Así no conseguiremos jóvenes que mediten, que piensen en los valores y que desarrollen su propia personalidad. El propósito de la educación de la escuela Montessori es la de enseñar al aniño a crecer aprendiendo, haciendo que sean jóvenes ilusionados, con ganas de aprender y con un espíritu fuerte para conseguir lo que se propongan.

Los jóvenes de hoy son los adultos del futuro, del mañana no muy lejano en el que ellos llevaran las riendas del mundo, la nueva generación que deberá estar preparado para todo los que se nos avecina, avances médicos, estudios del universo, viajes al espacio… y millón de cosas más que se harán dentro de unos años y que las conseguirán los jóvenes que hoy estudian en centros como el colegio Montessori Madrid, escuelas en las que las bases de la enseñanza son el respeto, la educación y las ganas de ser unos buenos adultos.

Pensar en la escuela es pensar en rutina, sacrificio y esfuerzo. Y aunque estas tres cuestiones prácticas no deben estar ligadas necesariamente a algo negativo, en esta escuela, cuyo nombre está tomado de la educadora italiana María Montessori, aprender no supone nada ni remotamente negativo para los alumnos.

Es imprescindible sin embargo hacer hincapié en que se trata de un sistema de creencias más que un método de enseñanza. Pero finalmente está basado en una especie de tratado de observación de la experiencia de esta profesional de la medicina que también se dedicó a la enseñanza.

Ella parte precisamente de su relación con niños en hospitales cuyas necesidades especiales les hacían ser singularmente delicados a la hora de su aprendizaje. Como cualquier otro niño que empieza su contacto con la vida y el mundo que le rodea, necesita ser estimulado a lograr conocimientos y experiencias que le hagan crecer. Y aunque esto parece completamente lógico, la enseñanza tradicional sin embargo se sirve de una serie de esquemas que incluyen al niño en patrones de aprendizaje en los cuales poco o nada interviene él como individuo. O lo que es igual, la intervención del alumno en el proceso del aprendizaje es prácticamente nulo y queda reducido a un contenedor de conocimientos que va llenándose a base de aumentar la cantidad en el tiempo. Por eso la mejor opción es la escuela Montessori.

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