Los vestidos de fiesta, algo que nunca pasará de moda

vestidos de fiesta

La mayoría de nosotras, en nuestra infancia, hemos soñado con casarnos, ya no por el hecho de la boda en sí, sino por lucir un gran y vaporoso vestido blanco y por un día parecer una princesa. Hemos vestido a nuestras muñecas y a nuestras Barbies con vestidos sacados de cuentos de hadas y visto películas de castillos y reyes con bailes en los que volaban las telas de los vestidos de fiesta de las presentes, al son de la música.

Pero la época de estos vestidos para fiestas no ha pasado aún. Un ejemplo es Hinsomnia https://hinsomnia.com/. Si es cierto que se reducen las oportunidades de lucirlos pero estos vestidos nunca pierden su magia.

Un evento como una graduación en el instituto, una boda o acudir a un pre-estreno de alguna película pueden ser el momento ideal para sacar a pasear al verdadero protagonista de todos estos eventos, y de quién todo el mundo hablará una semana después.

 

¿Por qué son tan importantes?

Hace tiempo, llevar un vestido de fiesta no solo significaba que tenías el suficiente dinero para costearse uno. Antes de la revolución industrial y la fabricación de ropa en serie, había que buscar la tela y una buena modista para que te cosiese el vestido. Estos vestidos anunciaban que formabas parte de la alta sociedad, aquella que iba a fiestas, a estrenos, a coronaciones. Lejos del resto de la gente más pobre, que trabajaba de sol a sol para llevarse algo a la boca.

Hubo una época en la que los diseñadores creaban vestidos de diferentes colores según el estatus de la alta sociedad en el que nos encontrásemos. Por lo tanto un vestido de una reina jamás sería igual que el de una duquesa o una condesa.

Un vestido también habla de los gustos de una persona. Un atuendo negro o con detalles de cuero podría indicar que eramos seguidores de alguna tribu urbana. Habla de los materiales con los que está fabricado, la finura de cada puntada y de cada detalle añadido e incluso del largo de su cola.

 

Los vestidos de fiesta largos de las princesas Disney

Todos hemos visto la película de Cenicienta, una pobre huérfana a la que maltratan su madrastra y hermanastras. Pero su historia da un vuelco espectacular tras aparecerse su hada madrina y regalarle un maravilloso vestido. Sin embargo, eso vale con cualquiera de las películas de Disney, donde la historia de amor terminaba o empezaba siempre con un maravilloso baile.

 

Ropa y cine

Con Pretty Woman todas soñamos con vestir ese maravilloso vestido rojo y dejar a nuestro galán con la boca abierta tras cruzar la puerta del bar y vernos sentadas allí.

Y, en la actualidad, muchos programas dedican horas enteras a repasar los vestidos más glamurosos o los más escandalosos que visten las celebrities. Los premios Oscar para muchas cadenas se dan en el paseo de la alfombra roja.

Revistas prestigiosas como Hola hacen especiales repasando los estilismos de los famosos, de sus trajes y sus vestidos de fiesta, cuando hay alguna celebración especial. Las campanadas siempre son debate por el vestido elegido por la presentadora.

 

Son algo más

Por lo tanto, un vestido de fiesta no es sólo un cacho de tela. Es nuestra hada madrina para sentirnos princesas, estrellas de Hollywood desfilando por la alfombra roja o la mujer más deseada por Richard Gere.

Se han convertido desde siempre en una forma de lenguaje única. Una forma de dejar claro la posición en la sociedad, inquietudes o intereses.

También han sido una forma de transgredir límites y reivindicar ideas (la aparición de vestidos de fiesta cortos, dejando al descubierto las rodillas como expresión de libertad femenina).

Es sentirse la estrella del momento o la protagonista de las portadas. Es un reto y una satisfacción a la vez. Por eso no van a ser una prenda de ropa que desaparezca o que pase de moda nunca, porque más que tela son los sueños de muchas mujeres.

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