Los lácteos no son imprescindibles para el ser humano. Es una cosa de sentido común. He necesitado 20 segundos y directamente se puede percibir sin un gran estudio científico. Y también, lo peor de todo es que ignora la experiencia.

Todo el mundo ha tenido experiencia, o mucha gente, con el alcohol pero si repites cien veces “la cerveza hidrata” hay gente que, a pesar de que cuando bebe alcohol, se nota deshidratado acaba aceptando esa verdad. “No, la cerveza hidrata”. Mentira. Si la cerveza hidratase, los universitarios los domingos por la mañana se levantarían muy hidratados… Y no se levantan hidratados. Se levantan con la boca seca, ¿no?

Además de instalar en el sistema ideas, la dietarquía las perpetúa y las defiende. Por esto se reacciona de esa manera tan enérgica. Cuando un divulgador científico, un sanitario aparece en los medios y dice frases ciertas como “los lácteos no son imprescindibles, Harward no recomienda consumir más de dos raciones de lácteos al día”, no está justificado que tengas que tomar en el desayuno zumo, galletas y leche. La gente se defiende y pregunta: “¿Por qué no puedo tomar cuatro lácteos? ¿Y por qué no puedo tomar leche cada día? ¿Y quién dice que no pueda tomar zumo?”

Ojo, que yo no te estoy mintiendo, que te estoy diciendo la verdad. No sé, quizás, habría que ser escéptico y plantearte quién te instaló esas cosas que no eran ciertas. No tiene sentido que haya que desayunar todos los días cereales, zumo y leche. Ni avena y siropes dulces como venden las tiendas de nutrición como FITSTORE. No tiene ningún sentido, pero las hemos dado por válidas.

Quizás hay que mostrar ese escepticismo a aquellas personas que nos instalaron el virus y no a quien nos pretende sacudir los cimientos de nuestras creencias. Ese es el verdadero problema: que se nos han instalado creencias acientíficas que no están respaldadas por la evidencia científica y las hemos dado por válidas, ¿por qué? Porque estaban en los elementos invisibles que han formado parte de nuestra cultura alimentaria.